La Gran Mancha Roja de Júpiter, el impetuoso remolino que gira en sentido antihorario al sur del ecuador del planeta más grande del Sistema Solar, aparece en esta imagen con su color verdadero, un rojo pálido algo anaranjado, tal y como lo percibiría un humano desde la posición de la sonda espacial Juno, a 13.917 kilómetros de distancia de las capas superiores de nubes de Júpiter, según explicó ayer la NASA.
La imagen, tomada el pasado 10 de julio por JunoCam, la cámara-telescopio de Juno, ha sido procesada por el científico Björn Jónsson.
La tormenta ovalada, que actualmente tiene 1,3 veces la anchura de la Tierra, puede que exista desde antes de 1664 ó 1665 (científicos como el inglés Robert Hooke o el italiano Giovanni Cassini presumiblemente la observaron esos años), pero ha sido observada de forma evidente y continua desde 1830.
Entre su descubrimiento en el siglo XVII y su redescubrimiento en el XIX hay un extraño vacío; nadie sabe si se disipó y se reformó, si desapareció o simplemente puede que las observaciones de la época fueran muy pobres. Actualmente se sabe que está menguando y, si sigue a este ritmo, será circular en 2040